El veganismo está en boga, una dieta basada en plantas en la que se evita el consumo de carne y de productos lácteos. Los motivos para iniciarte en ella pueden ser diferentes: el bienestar de los animales, del medio ambiente, por motivos religiosos, por salud… El veganismo puede tener diversos beneficios para esta última y provoca cambios significativos en el cuerpo, pero ¿cuáles? Hoy te explicamos qué cambios experimenta tu cuerpo si sigues una dieta vegana.
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Dieta vegana: qué experimenta tu cuerpo desde el primer día
Las primeras semanas
Lo primero que notamos cuando empezamos una dieta vegana es el aumento energético. Esto ocurre gracias a la eliminación de productos cárnicos procesados.
La sustitución de estos últimos por productos omnívoros, tales como la fruta, la verdura y los frutos secos, provocan que aumenten nuestros niveles de vitaminas, minerales y fibras.
A medida que pasa el tiempo sin productos animales, se produce un cambio en la actividad intestinal que puede tomar dos direcciones, o bien se produce un funcionamiento más regular del mismo o bien incrementa la hinchazón, los gases y los cólicos. Esto último se produce por el alto contenido en fibra de la dieta vegana, y en función de la persona puede ocurrir o bien una cosa o la otra, depende de su procesamiento de fibra.
Estos síntomas pueden acabar desapareciendo y pueden derivar en cambios positivos, sobre todo cuando la dieta está bien planificada y es equilibrada.
En el segundo trimestre
Una vez que ya hayan pasado varios meses siguiendo una alimentación puramente vegana, muchas personas han experimentado una disminución importante de acné.
Sin embargo, debemos de tener en cuenta que al prescindir de la carne, el pescado y los productos lácteos, nuestras reservas de vitamina D se irán acabando, las cuales son esenciales para mantener los huesos, dientes y músculos sanos.
Las reservas de vitamina D solo duran en el cuerpo aproximadamente dos meses. Nuestro consejo es que si vas a llevar a cabo una dieta vegana te preocupes por asegurarte el consumo de suficientes alimentos enriquecidos o ingerir suplementos que lo equilibren, los cuales pueden cubrir carencias o déficits.
Pasados unos meses, una dieta vegana baja en sal y en alimentos procesados tiene beneficios espectaculares para la salud cardiovascular, ya que ayuda a prevenir enfermedades del corazón, infartos y reducir el riesgo de diabetes.
De seis meses en adelante
Una vez que superamos la barrera del segundo trimestre nuestras reservas de vitamina B12 ya se han acabado. Esta es la responsable del correcto funcionamiento de las células sanguíneas y de las células del sistema nervioso. Como podemos deducir, únicamente se encuentra en productos de origen animal.
Para evitar las consecuencias que esta carencia nos puede provocar debemos planificar correctamente el consumo de porciones de alimentos enriquecidos al día o tomar suplementos, entre ellos de calcio.
En resumen, una dieta vegana es equilibrio. Puede tener numerosos beneficios, pero estos se pueden ver contrarrestados si no seguimos una planificación cuidadosa.